Un
cura y un miembro de Falange exhuman 49 cadáveres de “mártires” sin autorización
judicial
Por
Carlos
Iserte desde Toledo
El
obispo emérito de Segovia ofició la misa y bendijo las nuevas sepulturas en la
parroquia de Orgaz (Toledo). Mientras que 2.300 fosas que contienen los restos
de 45.000 personas represaliadas por el franquismo continúan en cunetas de toda
España, y a los familiares se les niega desde el Gobierno cualquier ayuda para
exhumar a […]
El
obispo emérito de Segovia ofició la misa y bendijo las nuevas sepulturas en la
parroquia de Orgaz (Toledo).
Mientras
que 2.300 fosas que contienen los restos de 45.000 personas represaliadas por el
franquismo continúan en cunetas de toda España, y a los familiares se les niega
desde el Gobierno cualquier ayuda para exhumar a sus víctimas y enterrarlas en
un lugar digno donde poder llorarlas o recordarlas, las instituciones miran para
otro lado y permiten, por ejemplo, que un cura de pueblo exhume 49 cuerpos sin
autorización judicial y sin los controles sanitarios preceptivos, además de
realizar profundas reformas en la que llaman la “cripta de los mártires” sin
haber sacado los permisos y licencias municipales que por ley está obligado a
obtener a la hora de acometer cualquier tipo de obras, máxime si las reformas se
llevan a cabo en una iglesia catalogada por Patrimonio Nacional, que también
hizo la vista gorda y eludió enfrentarse a la Iglesia y exigirle
responsabilidades. Y es que Don Quijote sabía lo que se decía cuando topó con el
mastodonte consagrado de El Toboso.
“Caídos
por Dios y por España”…
El caso es que el cura de la iglesia parroquial Santo Tomás Apóstol de la localidad toledana de Orgaz, Miguel Ángel Gutiérrez, decidió iniciar su particular cruzada en septiembre de 2012 y comenzar los trabajos de impermeabilización y adecentamiento en la conocida como “cripta de los mártires”, sacando los restos de 49 personas y depositándolos en cajas de reducción en una capilla próxima al altar mayor, para treinta y tres meses después volver a colocarlos en sus reformados nichos que conforman la restaurada cripta excavada en 1939 en la nave central y donde hoy todavía se puede leer en una gran placa dorada: “Caídos por Dios y por España”, incumpliendo así la Ley de la Memoria Histórica, además de la dudosa legalidad de este enterramiento. Y todo ello, como decimos, saltándose las normas y eludiendo todo tipo de controles, aunque, según los protagonistas, la Postulación para las Causas de los Mártires de la Archidiócesis de Toledo “intervino para poder exhumar a las 49 personas”, recoge el portal religionenlibertad.com.
El caso es que el cura de la iglesia parroquial Santo Tomás Apóstol de la localidad toledana de Orgaz, Miguel Ángel Gutiérrez, decidió iniciar su particular cruzada en septiembre de 2012 y comenzar los trabajos de impermeabilización y adecentamiento en la conocida como “cripta de los mártires”, sacando los restos de 49 personas y depositándolos en cajas de reducción en una capilla próxima al altar mayor, para treinta y tres meses después volver a colocarlos en sus reformados nichos que conforman la restaurada cripta excavada en 1939 en la nave central y donde hoy todavía se puede leer en una gran placa dorada: “Caídos por Dios y por España”, incumpliendo así la Ley de la Memoria Histórica, además de la dudosa legalidad de este enterramiento. Y todo ello, como decimos, saltándose las normas y eludiendo todo tipo de controles, aunque, según los protagonistas, la Postulación para las Causas de los Mártires de la Archidiócesis de Toledo “intervino para poder exhumar a las 49 personas”, recoge el portal religionenlibertad.com.
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Y la ayuda “inestimable” de un falangista
Proceso que contó con la “inestimable” colaboración de Eugenio Guerra, “alma máter” de la iniciativa, según agradecimiento expreso de la Postulación para las Causas de los Mártires, que, eso sí, olvida decir que Eugenio Guerra es un destacado miembro de Falange España de la JONS y, por lo tanto, primer interesado en adecentar la cripta de los “mártires”, además de formar parte de las listas electorales de este extremista partido político, muy ligado antaño a la represión franquista. Y es que Guerra ocupó el puesto quinto de la candidatura falangista en la localidad toledana de Belvís de la Jara en las pasadas elecciones municipales.
Proceso que contó con la “inestimable” colaboración de Eugenio Guerra, “alma máter” de la iniciativa, según agradecimiento expreso de la Postulación para las Causas de los Mártires, que, eso sí, olvida decir que Eugenio Guerra es un destacado miembro de Falange España de la JONS y, por lo tanto, primer interesado en adecentar la cripta de los “mártires”, además de formar parte de las listas electorales de este extremista partido político, muy ligado antaño a la represión franquista. Y es que Guerra ocupó el puesto quinto de la candidatura falangista en la localidad toledana de Belvís de la Jara en las pasadas elecciones municipales.
Silencio
en los juzgados y en el Ayuntamiento
Sin
embargo, la “intervención” de la Diócesis de la que hablan no tiene su
traducción en el Ayuntamiento de Orgaz, donde al día de hoy no existe ninguna
licencia municipal de obras que justifique los trabajos realizados en la cripta,
según ha podido comprobar ELPLURAL.COM. Del mismo modo, en los juzgados de la localidad
(Orgaz es partido judicial) nadie sabe si la autorización judicial de la
exhumación existe o no. Un tanto de lo mismo sucede en la Consejería de Sanidad
del Gobierno de Castilla-La Mancha, que también desconoce haber realizado
inspección sanitaria alguna. Y ya para rematar el “no sabe, no contesta”, la
Comisión Provincial de Patrimonio se interesó por el tema y lejos de reprender a
la Iglesia toledana, criticó al Consistorio “por permitir” las
obras.
¿Recibió
ayudas públicas?
Este periódico no ha podido acreditar si la parroquia de Orgaz recibió o no ayudas públicas para realizar dichas obras. Mientras que algunas fuentes señalan que el asunto se trató en la Comisión Mixta Junta de Comunidades-Iglesia, presidida hasta hace unas semanas por el actual secretario de Estado de Educación, Marcial Marín, en su condición de consejero del ramo en el anterior Gobierno de Cospedal. Lo que sí sabemos es que los familiares de las personas enterradas en esta cripta aportaron una cantidad fija para sufragar parte de las obras, aunque hubo un familiar que se negó a pagar el canon fijado por el párroco y prefirió trasladar los restos de su allegado al cementerio municipal donde recibieron legal sepultura.
Este periódico no ha podido acreditar si la parroquia de Orgaz recibió o no ayudas públicas para realizar dichas obras. Mientras que algunas fuentes señalan que el asunto se trató en la Comisión Mixta Junta de Comunidades-Iglesia, presidida hasta hace unas semanas por el actual secretario de Estado de Educación, Marcial Marín, en su condición de consejero del ramo en el anterior Gobierno de Cospedal. Lo que sí sabemos es que los familiares de las personas enterradas en esta cripta aportaron una cantidad fija para sufragar parte de las obras, aunque hubo un familiar que se negó a pagar el canon fijado por el párroco y prefirió trasladar los restos de su allegado al cementerio municipal donde recibieron legal sepultura.
Víctimas
de primera y de segunda
Sea
como sea, el caso es que existen dos varas de medir a la hora de tratar este
triste y doloroso asunto. Mientras que las víctimas del lado franquistas reciben
todo tipo de atenciones y ayudas, sobre todo eclesiásticas, con la participación
en este caso del obispo emérito de Segovia, Ángel Rubio Castro, encargado el
pasado junio de bendecir la reformada cripta y celebrar la misa en sufragio de
todos los que yacen en dicho lugar, el relator de Naciones Unidas, Pablo de
Greiff, volvió a sacar los colores al Gobierno de Mariano Rajoy reprochándole la
utilización de las víctimas y su catalogación como de primera y de segunda,
llegando a la conclusión de que España hace poco (y en ocasiones, mal) por la
búsqueda de la verdad y la justicia sobre estos hechos, y por la reparación a
las víctimas: “No se estableció nunca una política de Estado en materia de
verdad, no existe información oficial, ni mecanismos de esclarecimiento de la
verdad y el modelo vigente de “privatización” de las exhumaciones, que delega
esa responsabilidad a las víctimas y asociaciones, alimenta la indiferencia de
las instituciones estatales…”. Y por si fuera poco, concluye señalando que “no
sólo niegan el acceso a la justicia, sino que también impiden cualquier tipo de
investigación”. Lo mismo que “los mártires” de Orgaz.



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